VENTANAS DE ALUMINIO
El aluminio es un elemento que existe en abundancia sobre el planeta Tierra. Aplicado a usos muy diversos, se caracteriza por ser extremadamente versátil y muy resistente.
Pero además, una vez elaborado y utilizado para la producción, es fácilmente reciclable, requiriéndose para su fundido apenas el 5% del consumo energético aplicado en su elaboración inicial, sin perder propiedades en el camino.
Todo este conjunto de razones hace que sea un producto muy usado en la actualidad en los marcos de ventanas de aluminio, entre otras aberturas y cerramientos.
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Las puertas y ventanas de aluminio son ligeras y consistentes. Su resistencia mecánica es un factor importante no solamente en lo que atañe a su vida útil, sino también por temas de seguridad. Otro dato es que prácticamente no precisan mantenimiento, ya que por lo común no se deterioran ni corren. Son plausibles de recibir ciertos tratamientos -como el anodizado y el pintado, que detallaremos más adelante- que optimizan las propiedades del metal base. Además brindan una versatilidad única, facilitando al fabricante dar muy variadas respuestas a los requerimientos puntuales.
Adicionalmente, ya sea que se las utilice sin ningún acabado (es decir, en su versión natural) como pintadas o anodizadas, las aberturas y cerramientos confeccionadas en aluminio se adaptan perfectamente a muy diversas configuraciones estéticas, habilitando a los arquitectos a diseñar propuestas novedosas y creativas para cerramientos, fachadas, ventanas y puertas.
Armado de Ventanas de Aluminio en Zona Norte y Zona Oeste
Estos cerramientos y aberturas aluminio resultan convenientemente herméticos -en particular cuando se incorpora doble vidriado, por ejemplo en ventanas de aluminio de doble vidrio, caso en el cual ofrecen óptima aislación tanto térmica como acústica y mínima pérdida de energía y calor-. Como además el aluminio no es un metal tóxico, ante cualquier eventualidad de incendio hay garantías de que no emitirá sustancias nocivas. Todos estos factores sumados hacen que se busque este metal como base para múltiples aplicaciones y para el armado de productos diversos, como sucede en el caso de las fábricas de ventanas de aluminio que despliegan un catálogo generoso.
Como se señaló, para mantener las propiedades originales y optimizar el tratamiento anticorrosión, hay procesos superficiales –como el pintado y anodizado- que resultan beneficiosos y son aplicados por toda fábrica de ventanas de aluminio que se precie de tal.
El aluminio puede pintarse con pinturas ya sea líquidas o bien en polvo, tanto con base de poliéster, acrílica o de fluorocarbonados, resultando habitual el uso de sistemas electrostáticos. Hoy por hoy se logran colores diversos, y por ejemplo para el caso de ventanas de aluminio blanco, de fácil retocado o restaurado. Además este tratamiento protege contra la corrosión.
Otro tratamiento alternativo es el anodizado, que consiste en un proceso electrolítico a través del que se genera una muy gruesa capa de óxido (más voluminosa que lo habitual) que también brinda protección anticorrosiva y propicia un menor desgaste mecánico, preservando además la imagen “metálica” de las piezas de aluminio, algo que se advierte en diversos tipos de ventajas de aluminio. Este tratamiento se recomienda para aberturas que se colocarán en ambientes hostiles (elevada humedad, humo fabril, cercanías de salitre marino, etc.). Como se integra al metal de base, no se desprende. Otra ventaja de este tratamiento aplicado a ventanas de aluminio es que con una simple pasada de agua con detergente neutro o jabón suave, las aberturas se limpian y luego lucen como nuevas.